Ante la inminente subida de impuestos se puede estar a favor o en contra, pero no se puede negar que está generando incertidumbre. La patronal de vendedores de automóviles Ganvam ha declarado que sencillamente no saben que va a pasar, y que desconocen si se repercutirá el precio al comprador.

De hecho, la semana pasada tuvimos la oportunidad de preguntar a un responsable de KIA durante la presentación del Venga en Segovia, y desconocía por completo cual sería su postura, y no le culpo, porque es dificil pensar en una solución viable como empresa.

Según esta asociación es dificil que el sector asuma este incremento en los precios ya que la rentabilidad de las ventas ya está en mínimos históricos. Su solución es el mantenimiento de las ayudas estatales a la compra de un vehículo nuevo. Piden que se mantenga el plan 2000E (cobertura de 200.000 operaciones de comprar hasta el agotamiento de los fondos de 100 millones de euros)

Normal que que pidan subenciones. Es en su beneficio. Lo que no hay que olvidar es que los fondos públicos salen del bolsillo de todos los que contribuímos al herario público, y subencionando un sector se redirige la inversión sin atender a criterios de mercado, es decir excluyendo la eficiencia como factor decisivo.

Además es injusto para aquellos que aunque contribuyen al sostenimiento del estado del bienestar, no forman parte de un sector revelante para la economía o de algún grupo de presión. Esto es especialmente sangrante en el caso de las PYMES y los autónomos, que han de capear el temporal sin esperar que nadie les ayude.

Si el argumento es que si dejamos que una empresa importante quiebre se perderían miles de puestos de trabajo, tendríamos que hacer el mismo razonamiento con los actores económicos que antes he señalado y que realmente sí son una parte imprescindible de la economía, aunque no se les pueda agrupar de una manera tan sencilla. Subencionar un sector en concreto simplemente es más facil.

Mientras las alianzas están a la orden del día y junto a las uniones de Reanult-Nissan y Volkswagen-Suzuki, algunas más se están gestando como es el caso de PSA-Mitsubishi. Posiblemente estas uniones posibiliten la supervivencia de muchas empresas y otros tantos puestos de trabajo, aunque si la situación coyuntural global no mejora en un plazo máximo de 2 años, el sector podría atravesar una de las mayores crisis de su historia.

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