A estas alturas de la carrera, la Organización del Dakar comienza, a falta de sanciones de dudosa justificación, a sacar conejos de la chistera. Así, los diez mejores clasificados tuvieron una salida al sprint en motos, seguidos por tandas de veinte participantes del resto de categorías. Espectacular, aunque poco acorde con el espíritu de navegación y soledad que impregna la competición. En cualquier caso, Coma tuvo la oportunidad de reivindicarse tras el incidente de ayer, logrando el primer puesto en un apretadísimo final con el actual líder, el francés Despres (+4´). Coma añade la décima victoria de etapa a su palmarés, aunque mucho nos tememos que le será imposible revalidar el título conseguido el año pasado. Por su parte, la categoría de coches parece rendida al automóvil vestido con el nombre más acorde a las dunas de Copiapó que albergaban los 170 km. de la especial de hoy, y es que los Touareg siguen dominando la tabla, siempre bajo la sombra de un Peterhansel con ganas de salir de la incómoda cuarta plaza. Sáinz conserva el lugar de honor, a pesar de los casi seis minutos perdidos frente al qatarí Al Attiyah, gracias a un pinchazo y un pequeño error de navegación. Nuestro Volante de Oro de hoy sin duda se lo merece el infatigable Coma, que no sólo no abandona Sudamérica, sino que carga con responsabilidad premonitoria a los jueces que le sancionaron. Dedicamos nuestro Volante de Chocolate a Giniel De Villiers, obligado hoy por órdenes de equipo a ceder su posición a Al Attiyah, para ejercer de asistencia. Claro que es beneficioso para VW que uno de sus integrantes se mantenga en la retaguardia por lo que pueda pasar, pero esperamos no tener que llegar a ver un bochorno parecido al de Barrichello dejándose adelantar por Schumi en la línea de meta. Claro que, todo se andará.