De hecho, a veces pueden ser beneficiosas para el comprador. Como sabéis, en España está prohibido aludir a características concretas de productos rivales de manera despectiva en campañas publicitarias, salvo que se trate de datos concretos demostrables empíricamente.

En USA las cosas funcionan de otra manera. Mientras que en Europa nos seducen los eufemismos y las cuidadas afirmaciones, los yankees preparan todo un arsenal de comparaciones directas con los rivales. En vídeo.

Y lo cierto es que me parece estupendo. Evidentemente, no preferiero ver durante los anuncios a la familia de turno burlándose de la calidad de acabados del rival (ni creo que fuera rentable), pero no veo el perjuicio en dar la opinión subjetiva del fabricante sobre las ventajas comparativas de su producto.

Total, que en Ford comparando el Taurus llevan el concepto un poco más allá y hacen de todo, desde una carrera al sprint hasta tirar piedras desde un camión para comprobar la resistencia de la pintura.

De hecho, parte de la información que requieren los conductores en los concesionarios ya apunta en esa dirección. La labor comparativa ya la llevan a cabo los periodistas que, por desgracia, hace mucho que dejaron de ser, salvo honrosas excepciones, el medio imparcial que debieran.

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